Sobrellevar el verano con peques en casa es difícil. Mucho tiempo libre y mucha demanda de atención. A continuación os dejo algunas ideas musicales para enriquecer vuestras vacaciones 😀
1. Bailar en casa
Muchas veces ponemos música en casa para acompañar momentos. En mi casa sobre todo cuando toca limpiar, quizá sea lo más motivador de toda la tarea. Ya os conté que la música que oigamos en casa será referente para nuestrxs hijxs. Pero por qué no un día tiramos la casa por la ventana y montamos un guateque! Los días son largos y hay horas para muchas cosas. Que no te entre vergüenza y menos con tus hijxs y disfrázate y a bailar! Las caras que ponen cuando nos ponemos en esta tesitura es más que de admiración. Recuerda que tú también fuiste niñx… sólo déjalo salir.
¡Me encanta esta escena de la película Quédate a mi lado! Refleja el auténtico poder de la música: unión y amor.
2.Hacer un xilófono con agua
Una divertida y sencilla manualidad veraniega. Solo necesitáis:
- Vasos de cristal (de tubo mejor)
- Colorantes alimentarios
- Imaginación


Algún día os pondré nuestro xilófono de agua… pero eso sucederá cuando tenga por lo menos 6 vasos iguales jeje
3.Soplar
Toda actividad relacionada con el soplo es beneficiosa en nuestrxs peques. Sobre todo si queremos que nuestra joven promesa apunte hacia instrumentos musicales de viento. Estos juegos van a aprender a controlar el soplo y modular la boca correctamente. Hacerla divertida, entretenida y novedosa es el reto!




4.Percusión en la playa
Con la de trastos y juguetes que nos llevamos a la playa, seguro que podemos montar una buena! Sobre todo porque a los niñxs les encanta golpear, hacer ruido y expandir su alegría (por llamarlo de alguna manera). Podemos improvisar una batería con los cubos y palas y trabajar ritmos. A ello se puede sumar sonidos del verano como el castañeo de las conchas de mar, el chapoteo de los pies en la orilla o la arena cayendo sobre los juguetes.
5. Pintar notas en el pentagrama
Y quien dice notas dice lo que sea, porque va a depender del peque. Lo más divertido es darle un toque original y utilizar hielos con colorantes alimentarios. De esa manera consigues divertidas pinturas, fresquitas y que te aseguran un buen rato de diversión.

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