Beneficios del masaje en el bebé
Recuerdo que uno de los primeros talleres que fui con mi bebé fue al de masaje infantil. Los promueven las matronas de mi centro de salud y sobre todo tienen un objetivo muy relacionado con la salud del bebé. Para prevenir cólicos, para favorecer la expulsión de gases, para ayudar en la digestión y estimular la caca… en fin, muy didáctico todo.
Mucho antes de que yo llegara a esos talleres, todo lo que sabía de masaje infantil lo descubrí a través del masaje shantala. Y fue lo que como intentaba ponerlo en práctica en mis sesiones con los bebés. El nombre Shantala, fue dado al método por el Dr Leboyer, en homenaje a una mujer que lo encantó con la fuerza y la belleza de un momento de amor de intercambio entre la mamá y su hijo. Aquí os dejo uno de sus vídeos originales, podéis encontrar muchos en la red.
Esta forma de masajear al bebé no es más que un acto puro de amor, algo muy básico y profundo.
El masaje en una sesión de musicoterapia
Cuando realizo las sesiones con los peques y sus papás (o cuidadores) siempre procuro dejar un espacio para la relajación o el contacto. Finalizar una bonita sesión con un masaje musical es muy indicado ya que cierras un episodio del bebé y su familiar con un abrazo, un beso o una caricia. Me encanta ese momento y antes de ser madre lo observaba desde la inocente envidia. También utilizo la técnica pero desde la perspectiva activadora y como un recurso de enganche durante la sesión, procurando que la unión entre bebé y cuidador se afiance hasta el final. Para este segundo modo de masaje incluyo otros elementos para el contacto, como pelotas de goma, pañuelos o plumas.
Procuro de esta manera proporcionar a los padres o cuidadores, recursos e ideas que poder aplicar también en casa, centrándolo siempre desde el contacto.
La música en los masajes infantiles
En mis sesiones utilizo música instrumental, evitando canciones que tengan letra para no centrarnos en lo lingüístico, sino en lo musical. En ocasiones tiro de la clásica pero soy muy selectiva, ya que procuro que sean tonalidades mayores y con una durabilidad determinada.
Por ejemplo, para un masaje musical activador, ponemos al peque sentado de espaldas entre nuestras piernas y mientras escuchamos El hada de azúcar, le damos suaves golpecitos al ritmo de la música, como si el cuerpo del bebé fuera un piano. Podemos empezar por la espalda y conforme avanza la canción ampliamos por los bracitos, retornamos a la espalda y subimos por el cuello a la cabeza. Sobre los dos años ya puedes hacer el ejercicio a la inversa, te colocas de espaldas a él y le dejas hacer 🙂
Por otra parte, para un masaje musical relajante, la postura corporal es la más cómoda para el peque. A veces se ponen boca arriba (aunque se suelen distraer con una mosca) y en la mayoría de las veces se colocan boca abajo o en su posición natural de dormir. Como el shantala lo tenemos todos los padres de alguna manera integrado en nuestro instinto más primitivo, una buena música puede invitar a caricias y manoseos estratosféricos jeje ¿queréis ponerlo en práctica? Os dejo un temita muy off.
Lo dicho, disfrutad del momento. Y tocad a vuestros hijxs! Feliz día musiker@s!
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